ERA UNA HERMOSA MAÑANA (2016)
Era una
hermosa mañana,
en el campo,
en los
árboles,
en el aire
pero sobre
todo en la actitud,
en la mirada
de la gente
se adivinaba
la cercanía de la primavera,
el ánimo de
las personas
comenzaba a
estar exultante
presagiando la explosión de vida de la tierra.
Pero hablamos
de un lugar mágico
y en esos
sitios las cosas son
ligeramente
distintas a lo que conocemos,
interactúan
fuerzas del bien y del mal,
a la mala
gente les da igual la llegada de la primavera,
ellos tienen
sus propios espacios
construidos
sobre el dolor,
el sufrimiento
y la muerte de las más débiles,
en sus
ghettos siempre brilla la luz
salvo en la
negrura de sus corazones.
Para que en
ese mágico lugar resurja la vida
después del largo
y duro invierno
es necesario
pronunciar unas palabras mágicas,
para que los
más jóvenes me entiendan:
introducir
una password,
ningún año
iguales al anterior;
afortunadamente
también existe
una fuerza neutral y equilibradora que confía,
cierto que cada
vez un poco menos,
en la buena
gente
y cada año,
tras muchas
dudas y vacilaciones
facilita esa clave,
pero como ya
está un poco hastiada de que a la gente,
aunque sea a
la buena,
la eclosión primaveral y
los frutos
de la tierra les salga gratis
ha puesto la
condición de que se asuma,
a priori y
de forma cierta y fuerte
un
compromiso con el universo
y que
asumido este y antes de pronunciar la frase mágica,
muy corta,
dos palabras
en realidad,
se
interiorice este compromiso
y las
acciones que permitan llevarlo a término.
De no ser
así
es posible
que el próximo año
esta fuerza,
Gaia, Tierra
o como
queramos llamarla,
opte por no
revelar ese “ábrete sésamo”
y las
puertas de la primavera quedarán cerradas
y el frio y
la oscuridad se extenderán
hasta acabar
con la vida.
Esa
contraseña,
esas
sencillas palabras son para este año
“BIENVENIDOS
REFUGIADOS”.
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